Der fol­gende Artikel erschien im chilenis­che Bergsport­magazin Esca­lando im August 2012. Der Orig­i­nalar­tikel mit tollen Bildern kann als pdf herun­terge­laden wer­den: La Reina Fueguina (nur in Spanisch).

La Reina Fueguina

Una expe­di­ción ale­m­ana logró hacer cum­bre al Monte Buck­land, tan her­moso como mis­te­rioso y rara vez visto ante­ri­or­mente. Después de 46 años de silen­cio, la cor­dada ale­m­ana marcó el segundo ascenso en abso­luto, al abrir una nueva ruta en estilo alpino en la cara noreste.(Por Markus Kautz)

La Cordillera Dar­win, ubi­cada al extremo sur del con­ti­nente amer­i­cano, provee un poten­cial infinito para los mon­tañeros en cuanto a primeros ascen­sos y rutas inex­plo­radas, pero tam­bién les exige cier­tas capaci­dades adi­cionales, tales como orga­ni­za­ti­vas, físi­cas y men­tales. Aunque las cum­bres no exce­den alturas may­ores a 2.500 m, las condi­ciones climáti­cas y la com­pli­cada logís­tica del acer­camiento con­ser­varon grandes partes de la cordillera como ter­reno vir­gen. De hecho las cimas prin­ci­pales ape­nas cuen­tan con raros ascen­sos, entre ellos los montes Sarmiento, Ship­ton, Dar­win y Roncagli. Y uno de ellos, el mag­ní­fico monte Buck­land (1.746 m), fue des­per­tado este año por nues­tra expe­di­ción tras un sueño pro­fundo de más de cua­tro décadas.

El Buck­land que parece una cuña de hielo que se lev­anta direc­ta­mente desde los fior­dos del archip­iélago fueguino, fue ascen­dido por primera vez en 1966, por una expe­di­ción ital­iana de los “Ragni di Lecco” con­for­mado por Carlo Mauri, Casimiro Fer­rari, Guiseppe Pirovano, Luigi Allipi, Guido Machetto y Cesare Guidici. Su forma parece a una cuña de hielo que se lev­anta direc­ta­mente de los fior­dos del arch­i­pel­ago fueguino. Antes, en 1929, el alemán Gun­ther Plüschow se con­vir­tió en el primero que sobrevoló la Cordillera Dar­win con su pequeña avioneta, lla­mada “Sil­berkon­dor”, y denom­inó al Buck­land Reina Fueguina, debido a que dom­inaba la parte occi­den­tal de la cordillera junto al que sería su esposo, el rey Sarmiento.

Doc­u­men­tarnos se nos hizo bas­tante difí­cil, pues encon­tramos escasa infor­ma­ción útil sobre la mon­taña. De hecho, las primeras fotografías de Plüschow de la cara nordeste del monte Buck­land forma­ban parte de lo poco que teníamos. Dado lo ante­rior, nos pusi­mos en con­tacto con Cesare Guidici de la expe­di­ción de 1966 y, él nos pudo con­tar acerca de la cara Sur, por donde subieron. Pero, ¿y qué hay acerca de las otras? Nada. Salvo una escasa escena despe­jada de una ima­gen satelital.

Bueno, lo descono­cido para explo­radores suele ser lo más intere­sante. Así, nos pusi­mos en las huel­las de Agos­tini, Plüschow, Mauri y sus compañeros.

Aprox­i­mación

Nues­tra expe­di­ción estaba con­sti­tu­ida por siete inte­grantes: Daniel Gross, André Kunert, Markus Kautz, Robert Koschitzki, Franz Goer­lich, Bar­bara Schmidt y Michael Nadler.

Después de lle­gar al último punto acce­si­ble, usando vehícu­los 4×4, en el suroeste de la Isla Grande de Tierra del Fuego, con­tin­u­amos con dos zodi­acs lleván­donos más de 500 kilos de carga, rumbo à la Bahía Fit­ton. Lo cierto es que tomamos con­cien­cia del sig­nifi­cado “vir­gen” en el momento que bajamos del bote: cada paso a par­tir de la playa era uno que nadie había hecho hasta el momento. Ni un ras­tro de huella humana; pura veg­etación for­mada por sig­los. Una red verde de ramas, tron­cos, mus­gos, líquenes, hojas y espinas…

Hacer un camino que después sirviera para los repeti­dos por­teos se volvió difi­cil y bas­tante ago­ta­dor, sin men­cionar el peli­gro latente que ofrecía el ter­reno. Debíamos pasar por un valle pro­fundo con partes muy emp­inadas, donde incluso hubo que ase­gu­rar los por­teos con cuerda. Nos tomó una sem­ana avan­zar 5 kilómet­ros y subir 300 met­ros, a un sitio que se con­vir­tió en nue­stro Cam­pa­mento Base (CB): un bonito punto situ­ado en la rib­era de una laguna y con vista (al menos teóri­ca­mente) de la cara noreste del Buckland.

“Sil­berkon­dor”

El prob­lema era que ésta, que unas décadas atrás estuvo total­mente tapada por el glaciar, tenía una ancha zona de roca ver­ti­cal, sin ninguna opción para escalarla porque estaba casi en su total­i­dad ame­nazada por ser­acs col­gantes. “¡Tal vez por ahí!”, dijo Robert, al ver una posi­bil­i­dad por la Cresta Norte, pasando la imposi­ble zona rocosa por su mar­gen dere­cho. Y de ahí, en el col­lado mismo, parecía que se podría insta­lar un exce­lente lugar para insta­lar un cam­pa­mento alto (CA). ¡Había que ver!

Después de un intento fra­casado, justo arriba del CA, por razones de mal tiempo, el pronós­tico comu­ni­cado por telé­fono satelital (que nor­mal­mente para esta región vari­aba entre malo y feísimo), nos dio algo de nueva moti­vación: “el 2930 de enero poco viento, pocas pre­cip­ita­ciones”. ¡Ok, adelante!

Subi­mos nue­va­mente los tres — Robert, Dani y yo — por el glaciar infe­rior hasta el CA (1.100 m). La tarde fue her­mosa y por primera vez se pudo ver la cima del Buck­land por com­pleto. Eso nos ayudó bas­tante en localizar exac­ta­mente la ruta proyec­tada. Pero ocur­rió lo típico: en la noche el tiempo empe­oró. Debo con­fe­sar que me sentí algo extraño de estar com­ple­ta­mente pen­di­ente de la gra­cia meteorológica…

En fin, el 29 de enero, a las 7:00 de la mañana, con la calma de los chubas­cos ini­ci­amos el primer largo mixto (50°) que subía del col­lado à la arista norte. Luego, seguimos el filo rocoso (de pésima cal­i­dad) por unos 300 met­ros hasta la ver­tiente ver­ti­cal. Aquí la ruta iba por ter­reno mixto (55°), por dos lar­gos, para lle­gar à la meseta glaciar supe­rior. Con­tin­u­amos hacia la pared somi­tal, donde, a las 13:00 horas, nos topamos con una rimaya que se extendía de lado a lado. Si bien es cierto que podíamos quizás hac­erle el quite dirigién­donos muy à la derecha, opta­mos por cruzar direc­ta­mente. Robert lid­eró valien­te­mente este largo crux com­puesto de mal hielo ver­ti­cal (25 m., WI4). Después otros 3 lar­gos subi­endo por la canaleta de hielo (50 – 65°) lleg­amos al filo cum­brero. Para nues­tra sor­presa, éste en real­i­dad no era tan angosto como parecía en la foto del Plüschow, pues toda la cima era una con­struc­ción del viento, tem­po­ral­mente vari­able en sus for­mas y com­ple­ta­mente com­puesto de hielo y escar­cha. Eran las 19:00 horas, y en condi­ciones de casi “white­out” subi­mos al punto esti­mado como más alto del filo (1.746 met­ros, medido con GPS), seguido por el abrazo más esper­ado de mi vida: ¡¡ CUM­BRE !!

Epíl­ogo

Sin duda el grupo Buck­land aún posee un poten­cial intere­sante para expe­di­ciones futuras. Recién en abril 2012 otra expe­di­ción alemana-​suiza llo­gró el primer ascenso del monte Gior­dano (1.517 m), un vecino del Buck­land. Todavía exis­ten varias cum­bres impor­tantes sin ascenso, entre ellas los montes Sella (escal­ada de roca, prob­a­ble­mente de menor cal­i­dad) y Biella (hielo). El mismo Buck­land visual­mente no ofrece otra línea ten­ta­dora, porque los lados sureste y noroeste de la cuña pre­sen­tan ter­reno extremada­mente empinado.

La expe­di­ción agradece a sus aus­pi­ciantes, par­tic­u­lar­mente el Club Alpino Alemán (DAV) por su apoyo financiero. Además se quisiera men­cionar el apoyo logís­tico por parte de Cris­t­ian Donoso. Más detalles y fotos de la expe­di­ción disponibles en www​.mtbuck​land​.com.

Ficha téc­nica:

La expe­di­ción ale­m­ana exploró los incóg­ni­tos alrede­dores norte y este del monte Buck­land entre el 15 de enero al 11 de febrero 2012 logrando los sigu­ientes ascensos:

Monte Buck­land (GPS: 1.746 m., S 54°22,594 /​O 70°21,677)
Segundo ascenso por Daniel Gross, Markus Kautz y Robert Koschitzki, 29/​01/​2012

Ruta: “Sil­berkon­dor” (Cón­dor de plata), cara noreste, 65°, WI4 /​grado D; la ruta fue nom­brada en honor al avión del explo­rador Gun­ther Plüschow.

Monte Niebla (GPS: 1.430 m., S 54°25,163 /​O 70°15,667)
Primer ascenso por Franz Goer­lich, Daniel Gross y Robert Koschitzki, 02/​02/​2012 por la cara norte, hasta 50° /​grado AD-.

Monte Bella Vista (GPS: 825 m., S 54°24,594 /​O 70°20,672)
Primer ascenso por Daniel Gross y Robert Koschitzki, 21/​01/​2012 (y tres días después por André Kunert y Bar­bara Schmidt) por la cresta sur, I-​II /​grado F.

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